COLUMNAS

LA PAZ TOTAL FRACASÓ: PÓNGALE LA FIRMA

No hay que ser un gran experto en seguridad para darse cuenta que este país cayó en la anarquía en materia de seguridad y que, este gobierno ha preferido gastar la plata en pagarle sueldos a influencers y volverse la mayor casa de rifas, juegos y espectáculos con sus conciertos, sus marchas, que meterle la plata a la defensa del país y pagar verdaderos expertos en seguridad. Pero no lo van a hacer, así que nos tocó a los colombianos, resolver.

No podemos seguir permitiendo que los grupos terroristas sigan tomándose el país, no han pasado 2 años y medio de este gobierno y resulta que los bandidos hoy controlan el 25% del país y han crecido hasta en un 25% en sus filas. ¿Y qué ha hecho el gobierno? Lejos de enfrentarlos, les ha tendido el tapete rojo y les ha prometido incluso plata de recursos internacionales para que se puedan mantener.

Pero no nos hagamos los de la vista gorda, esto no es solo culpa del gobierno que con entusiasmo negocia con terroristas, pero jamás con los mineros pequeños que honradamente trabajan, o con las EPS, ellos han sido parias declarados de este gobierno, el mundo al revés; esto también es responsabilidad del Congreso, en particular de las mayorías amañadas que se quejan, critican en micrófonos, pero están firmes a la hora de votar.

Este congreso le dio la facultad ilimitada al gobierno de negociar incluso con bandas de tráfico sexual de menores, sin pudor, con fleteros, con extorsionistas, eso ha ocasionado la permanente zozobra en municipios como Buenaventura, estar a merced de treguas tontas como si estuviéramos en la época feudal de bandos. Les quedó grande amarrarse el cinturón.

Por eso, propongo que nos tomemos este tema en nuestras manos, y que salgamos a las calles a convocar una Consulta Popular que obligue al gobierno a acabar con esas mesas de diálogo que solo han dejado como consecuencia el aumento de la inseguridad, un escalamiento de hasta el 200% del reclutamiento de menores, 50.000 secuestrados en paros armados.

Este partido de oposición tiene una responsabilidad, convocar al menos 2,1 millones de personas que con sus firmas se sumen a la convocatoria y en menos de un año cese la horrible noche en la que valió más un terrorista, que la tranquilidad de 50 millones de colombianos.

¿CUÁNTO NOS CUESTA LA PAZ TOTAL DE PETRO?

Recuerdo hace unos años cuando estaba en pleno huracán el proceso de paz, los datos de cuánto costaría implementar lo que en ese momento era un mamotreto de palabras y sueños que la mayoría de los colombianos habían rechazado en las urnas, repetían que no importaba cuánta plata costara, porque al menos no iba a costarnos más vidas, 8 años después no solo nos ha costado mucha plata, sino muchas vidas.

La herencia maldita que dejó un proceso de paz impopular y espurio con las antiguas FARC se resume en un ciclo vicioso eterno en el que estamos sumidos como país en el que se apuesta todo a un “acuerdo de paz”, se premia en lugar de castigar, se dividen las guerrillas, más grupos por combatir y los otros grupos tienen más para exigir. Y no hablo del 2017, esto lo venimos viviendo hace décadas invirtiendo millones de dólares en cumplirle a los bandidos y luego millones de dólares tratando de atacarlos.

Pero en este gobierno, ha sido claro como el agua, más 4.000 millones se han gastado en los diálogos ridículos con el ELN y las disidencias de las FARC, que solo ha recrudecido la violencia, ha aumentado el reclutamiento forzado, la extorsión, el secuestro, los confinamientos forzados. Y yo solo me hago una pregunta ¿No harían más esos 4.000 millones en manos de nuestro ejército? Porque si por el desayuno se conoce el almuerzo, y ya sabemos que con la firma del acuerdo con las FARC quedaron dos grupos residuales, ¿qué nos espera con los bandidos que están en falsas mesas prometiendo una falsa paz?

Y es que nunca se destinó tanto para la “paz” en este gobierno y nunca se había fracasado tanto, los 50 billones que se han destinado a la implementación con las FARC han dado como resultado que 56 organizaciones se quejen ante la ONU por los retrasos en la implementación, sobre todo en el capítulo de víctimas, ya que no han tenido ni justicia, ni reparación, pues ni un solo guerrillero ha sido condenado. Pero cumplidamente se les giran más de 5.000 millones al partido de las FARC para promover su ideología. ¿Es eso justo? ¿En qué país serio se les cumple más a los victimarios que a las víctimas? ¿En qué país que sueña con ser desarrollado se permite que sus recursos, muy limitados, se destinen a los bandidos mientras el 11% de su población vive en pobreza extrema?

Esta columna quiere expresar no solo la frustración, sino la preocupación sobre cómo insistiendo en una mentira, aquella que prometió que el costo económico era mejor que el costo en vidas, cada vez se rompe más, pues ha costado no sacar de la pobreza a miles de colombianos, pero, sobre todo, ha costado más vidas y más territorio que hoy está a merced de criminales que tienen un brazo en el fusil y otro en una mesa de paz.

730 DÍAS EN MANOS DE UN GOBIERNO MEZQUINO, CORRUPTO Y SINVERGÜENZA

Me vi tentado a hacer un recuento de las embarradas del gobierno, pero no hay columnas de 300 páginas, en cambio, sí me pidieran describir lo que han sido estos dos años del des-gobierno Petro, se me viene a la cabeza una frase común en este mundo de políticos, “se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa”, pero en el caso del gobierno nacional sería “hicieron campaña en verso y gobiernan traicionando… a todos”   Traicionaron a los colombianos prometiendo un cambio que no llegó, prometiendo acabar con la guerra, la pobreza, el desempleo, el narcotráfico y la corrupción. No solamente no han logrado NADA, sino que todo ha empeorado, en muchos casos lo han hecho a propósito y así lo han dicho, sin un poquito de pena, generar crisis para crear caos, les fascinan las cortinas de humo.   Traicionar a los jóvenes dejándolos sin posibilidades de pensión, a los pobres dejándolos sin poder pagar su propia comida, a los campesinos que están a merced de los grupos armados y con los cultivos quebrados, a los caucanos entregando el departamento al ELN y a las disidencias, a las empresas colombianas al borde de la quiebra por la contracción de la economía y los impuestos expropiatorios, a los docentes con un modelo de salud fallido, a todos los que respiramos, pues se volvió un deporte extremo salir a la calle sin que uno sea robado, asesinado, secuestrado, extorsionado.   ¿No es desleal con “la Colombia profunda”, “con los nadies” que el gobierno vaya por el mundo hablando de Palestina y no de las más de 200 masacres en Colombia? ¿No engañó a los colombianos cuando pidió salir a marchar por un aumento en la gasolina de $400 en el 2021, pero ellos ya van por $7.000? Es infame que pretendan clavar más a los colombianos con más impuestos mientras ellos les regalan 1,2 billones a delincuentes, crean más embajadas para cumplirles a los amigos, nos toca pagarle los viajes de la primera dama, se gastan 26.000 millones en conciertos para alimentar su propio ego.   Así se empeñen en repetirlo, la izquierda, esta izquierda ya estaba ampliamente probada, ya habían gobernado, estas mismas personas llevaron a la catástrofe a la capital del país 2 veces. Una vez terminaron con un alcalde condenado y la otra con un alcalde destituido. La diferencia entre lo que ha ocurrido entre Bogotá y la Nación es prácticamente imperceptible, 12 años de diferencia y exactamente las mismas prácticas, o tal vez, esta vez, peores.   Nos gobierna un grupo de personas que han tomado por costumbre faltar a la palabra de ellos mismos desde hace décadas, que traicionan en lo público y lo privado, que prefiere ver a las familias cocinando con leña y no con gas natural, que se montó en el discurso ambiental, pero al tiempo le paga favores favores a la dictadura de Nicolás Maduro y que está a punto de quebrar la industria de los hidrocarburos en Colombia. Ambientalistas que hacen negocios con el país de peores prácticas ambientales.   Pero no hay, en la historia reciente colombiana, una traición como la que planean a la democracia misma. Jurar cumplir con la Constitución y armar chanchullos para destruirla, para quedarse con el poder indefinidamente, para eso es la constituyente, para acabar con los controles, porque se MAMARON que le saquen al sol la ineptitud y la corrupción.   Ellos llegaron y prometieron un cambio, los colombianos creímos que era social, pero en realidad era el cambio hacia una dictadura, al mejor estilo Chavista. Se quedarán viendo un chispero, porque ya el cobre se peló, hace rato. Feliz 7 de agosto, le quedan 2 años.

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